Copa del Sur: Entre el cielo en Santiago y el infierno en la cancha
- Julius Daneri
- 30 dic 2017
- 10 Min. de lectura

Fotografía: Confederación del Sur
“Entonces los dos primeros partidos son entre… uuuh! Vamos a ver a los peruanos jugando primero!” se escuchó en el Streaming y puedo apostar que casi treinta jugadores peruanos suspiraban.
¿Inaugurar una copa en un primer viaje internacional? Es que aunque las ganas superaban todo límite, el enfrentarte a lo desconocido siempre genera ese pequeño cosquilleo en la nuca. El saber que por más preparado que te sientas, no sabes si las armas que llevas contigo son las precisas para el enemigo que está entre las tinieblas.
Deathly Dragons vs Black Basilisks y Black Birds vs Leones de Gryffindor.
Los Basilisks iniciaban un partido disputado, de idas y contras. Los Deathly sin embargo mostraban un mejor aspecto con golpeadores muy rápidos y certeros y ataques por las bandas. Tras hacerse daño mutuamente, se ponían (DD) 110 - 100 (BB).
Al frente, los Leones empezaban demostrando calidad y certeza en sus ataques. Se llegaba a poner incluso el equipo

felino con una diferencia a favor de sesenta puntos y sorprendían a todos los presentes. Pero la emoción de las experiencias nuevas pagan caro frente a la calma de la experiencia: Se realizaban cambios para darle descanso a sus mejores jugadores y los Black Birds arremetían sabiendo que era su momento de tomar la rienda del partido. Sorprendentemente el partido se ponía BB 90 – 110 (LG) y quedaba para cualquiera.
En ese momento, se escuchaba un grito y los Dragones de Rosario atrapaban la Snitch adjudicándose la primera victoria de la Copa. Y luego de ello un gran silencio sepulcral… Los Blacks argentinos habían capturado la Snitch. El equipo que parecía muerto estaba a punto de llevarse el partido ante los peruanos estupefactos. La atrapada se declaraba válida y los peruanos se sentían “bautizados” en la Copa de la manera más cruel: Habiendo quedado tan cerca de la victoria y viendo celebrar al rival.
Deathly Dragons 140* - 100 Black Basilisks. Black Birds 120* - 110 Leones de Gryffindor.
En la segunda fecha los equipos con mayor experiencia y plantel tomaron el control del partido. Los Santiago Snidgets vencían 120* - 70 a unos Black Birds desgastados, mientras que los Scarlet Fireball quedaban 150 – 50* frente a los Ragnarok que pagaban caro el tener una plantilla muy corta para un campeonato tan largo.

En la segunda ronda los peruanos debían enfrentarse. Aquí nuevamente la plantilla corta pagó caro. Los Basilisks prácticamente se sentían imposibilitados de realizar cambios al tener solo ocho jugadores habilitados para entrar en cancha. Los leones realizaban su táctica de cambiar constantemente su alineación hasta encontrar su mejor ataque y se distanciaban con ventaja. Fue sin embargo el buscador de los Basiliscos quien concluyó el partido dándole a su equipo la posibilidad de perder con menor diferencia.
En el partido del frente, los Ragnarok empezaban a ver la Copa cuesta arriba y, a pesar de atrapar la Snitch por segunda vez, perdían ante los Deathly Dragons 50* - 100.
Ragnarok y Basilisks compartían un mismo sentimiento: La impotencia que genera tener una banca casi vacía.
La tercera ronda sería mucho más esclarecedora y situaría a dos favoritos: Los Scarlet Fireball se llevaban la victoria frente al local capturando agónicamente la Snitch y cerrando el marcador en 60* - 40, mientras los Deathly nuevamente mostraban una solvencia y seguridad tal que producía la segunda derrota consecutiva de los Black Birds, cerrándose el partido 60 – 100*.

La última ronda del día enfrentó a los Leones frente a un Ragnarok cansado en distintos niveles. Fue, lamentablemente, una carnicería. Se terminaba 180* - 10 y los argentinos denunciaban un mal actuar de los peruanos en cancha respecto a cómo habían decidido celebrar tan clara victoria.
Del otro lado, se esperaba que los Scarlet Fireball también vencieran con solvencia ante un Basilisks que llegaba golpeado y con la posibilidad de no llevarse ninguna victoria. Ambos equipos sin embargo llevaron su juego a un nivel tal que si hubieran sido dos animales luchando por su terreno, habrían acabado con la piel rasgada y en carne viva. 100 a 100 luego de casi 20 minutos de partido y se veía claramente que cada uno estaba sacando hasta la última gota de capacidad del otro. Finalmente, el silencio. Los escarlatas atrapaban la Snitch con una gran perfomance de su buscador capitán: 130* - 110.
El llanto se apoderó de los peruanos, pero la situación había terminado muy distinta a lo que muchos habían esperado. Los Basilisks ya no eran el equipo “ganable”. Habían demostrado que venderían su derrota al más alto precio.
Este final del día permite tocar un tema externo a la Copa. Y esa que para los peruanos había un tono especial en toda la experiencia. Claramente no podemos desconocer las circunstancias políticas y sociales que siempre cubren toda relación entre Perú y Chile. Se debía viajar a la casa del “clásico rival”. A donde en cada partido de fútbol se recuerda una guerra con casi 200 años y en que los periodistas de ambos lados se encargan de azuzar toda diferencia posible como si 24 jugadores se enfrentaran en un campo de batalla.
Y esa tal vez es una de las primeras lecciones que aprende toda persona que decide viajar y conocer el mundo de primera mano: Las cosas siempre son distintas a cómo te las cuentan.

“En general, el trato fue excelente. Jugadores y asistentes, siempre fueron buena onda y amables”. “No sentí que estuviera en Chile ni mucho menos que recién los conocía en persona. Al contrario, pareció que tuviéramos una amistad de años.” Me dijeron algunos de los jugadores que entrevisté para conocer de la mejor manera cómo se había vivido esta primera Copa del Sur para nosotros.
Y es que desde las personas en el hotel, en la calle, en los supermercados, los carabineros, absolutamente todos en Chile nos recibían no como a turistas, sino como invitados. El Campeonato no parecía solo organizado por la Asociación Chilena de Quidditch (ACQ), sino parte de un trabajo unificado por la hermosa ciudad de Santiago en la que tanto peruanos como argentinos eran recibidos como la visita que llega a tu casa.
Esto sin embargo no eclipsó de ninguna manera el trabajo de la ACQ, por el contrario, el orden, la paciencia y el buen humor para llevar a cabo un evento tan importante y con tantos grupos distintos fue notable.
Definitivamente vivir la Copa del Sur y haber vivido la tranquilidad de Santiago fue una experiencia hermosa que ningún jugador olvidará y que causará la envidia de todo a quien se la cuente.

En el primer partido del segundo día, los Basilisks se enfrentaban a los Black Birds. Más allá del buen juego de ambos equipos y de la técnica de cada uno, el juego fue un enfrentamiento de gladiadores. Los guardianes yendo al frente y llevándose encima a quienes se les pusiera en el camino y los golpeadores “desactivándose” entre sí demostró que los “cuervos” querían quedarse en la Copa y que los peruanos habían tomado un segundo aire.
Estando 30 puntos por debajo, los Black Birds atrapaban la Snitch y la Copa conocía a su primer “Tiempo Extra” en lo que iba del torneo. Un 80 – 80 altamente digno enfrentaba a los dos equipos en 5 minutos más para definir al ganador. Fue así que los Black Birds lograron anotar el primer punto, pero entonces el Buscador peruano con una venda en la pierna, levantaba el brazo desde el suelo mostrando la Snitch. La captura era válida y los Basiliscos estallaban. Estallaban por todo lo que habían demostrado, por todo lo que no habían podido lograr en el partido anterior. Porque estaban “vivos”.
Paralelamente, los Deathly caían ante el local. Los Santiago Snidgets concluían el partido 80 – 120* nuevamente en un marcador cerrado.
Los Scarlet Fireball se enfrentaban luego a los Leones de Gryffindor y entonces empezaron a sentir el desgaste. Eran tal vez la cuarta plantilla más corta de la copa y eso pesaba. Los Peruanos se ponían a una diferencia de 60 puntos y con una mayor experiencia que frente a los Birds, controlaban el partido. Scarlet Fireball atrapó la Snitch solo para acortar la diferencia y concluyó 60* - 90.

Del otro lado, los Ragnarok entraban a la cancha con la intención de dejarlo todo. No se irían sin dar pelea. No serían el bypass de la Copa. Empezaban a enfrentarse a los chilenos de una manera en que solo los boxeadores antiguos habrían podido hacerlo: Dando golpes y recibiéndolos parado, esperando que el otro se agote antes. Pero eso los llevó al límite. Los Santiago se hacían con la victoria 110* - 130 y los Ragnarok se quedaban sin nada. Así de cruel es el Quidditch.
En la siguiente ronda, si alguien podía “parar” a los Leones, eran los Deathly. Y en un partido parejo estando a solo 10 puntos de diferencia, tomaron la Snitch perfilándose como gran favorito del torneo. 100* - 80 a favor de los Rosarinos.
En la cancha anexa, los dos equipos más “cortos” de la Copa se enfrentaban. Y cuando dos fajadores del Box deciden enfrentarse, quien tiene menos resto debe caer. Los Ragnarok habían jugado un gran partido ante los chilenos, pero habían tocado su límite físico sin tener la posibilidad de cambios ante la lesión de dos de sus jugadoras. Finalmente se enfrentaron a una decisión terrible: Debían retirarse o seguir jugando podría comprometer la salud de sus jugadores.
Y tomaron la decisión que todo jugador con moral y amor a su equipo habría decidido: Le decían adiós a la Copa por Default. Sorprendentemente, los Black Basilisks habían pasado de ser la Cenicienta a tener chances de llegar a la Semifinal. Pero en el camino tendrían a los campeones vigentes.
Los Black Birds, ya con pocas posibilidades de clasificar vencían a los Scarlets quienes sufrían nuevamente el desgaste por pocos cambios. 110* - 50 a favor de los cuervos y los escarlatas agradecían el haber tenido tan buen día el anterior. Solo necesitaban una victoria.
Es entonces que los Basiliscos debieron enfrentar su más grande reto: Los Santiago Snidgets. En tal vez el partido más parejo y disputado de toda la copa, los chilenos pedían tiempo a 10 minutos del partido y el marcador se había estancado en 20 – 10 a favor de los peruanos.

A pesar de contar con una plantilla de 20 jugadores, el buen juego de los chilenos no podía contra el ímpetu de los peruanos que se ponían 40 – 10. Sin embargo, como dijimos líneas arriba, la calma de la experiencia es una enemiga poderosa y los Santiago lo demostraban al capturar la Snitch dejando al marcador en 40 – 40, con lo cual los peruanos iban por segunda vez en el campeonato a un partido extra.
Luego de volver a enfrentarse de tal sublime forma, la experiencia se llevaba el premio y los chilenos capturaban por segunda vez la Snitch. 40 – 80*. El llanto volvía a apoderarse de los Basiliscos, pero no existía decepción. Con tan solo 8 jugadores elegibles se habían enfrentado de igual a igual a los mejores equipos de Sudamérica.
Para cerrar la jornada, los Black Birds ganaban por default ante un Ragnarok que no volvería a presentarse pero no les alcanzaba para una semifinal. Los Leones de Gryffindor por su parte vencían con solvencia a un Santiago Snidgets que sabiéndose clasificado guardaba parte de su plantilla para que descanse y cerraban 40* - 90 a favor de los limeños.
Y entonces la Copa tuvo un momento alto: Un clásico. Los Deathly Dragons se paraban frente a los Scarlet Fireball y decidieron destrozarse entre ellos sin importar los partidos que vendrían luego. Con el resto que les quedaba a los escarlata arrancaban una victoria agónica por 90 – 110* y llegaban a las Semifinales como cuartos. La hazaña había sido posible.

Los Leones, únicos peruanos en competencia y habiendo clasificados como primeros de la tabla general, se enfrentaban a los chilenos con muchos jugadores descansados y además conociéndose la táctica del primero. Aunque los felinos daban todo de sí el no poder cambiar la estrategia ante un rival que ya los conocía bien les costó caro y el partido concluía 90* - 30. Santiago Snidget llegaba a una segunda final seguida.
Del otro lado, los Scarlets con piernas muertas caían de forma aplastante por 40* - 140, demostrándose lo necesario que resultaba participar en la Copa con un número alto de cambios.
Ya en la final, los Rosarinos demostraron el nivel parejo que habían presentado en todo el campeonato venciendo con buen margen por 160*-80 y haciéndose por primera vez con la Copa del Sur.
No quiero dejar pasar, sin embargo, la experiencia vivida más allá de una crónica sobre resultados.
Los equipos peruanos no solo se enfrentaron jugadores a quienes nunca habían conocido y sobre los cuales además había muy pocos videos, sino además a un clima totalmente distinto al de Lima. La sequedad que hace sentir de piedra los labios y la garganta cerrada era un octavo jugador en cancha y al que había que acostumbrarse demasiado de prisa si se quería afrontar con calidad los partidos. Sumado a ello, Santiago nos recibía con 24 grados centígrados.
Pero fuera de todo tema climático, los equipos contrarios demostraban un conocimiento entre ellos y capacidad de jugar casi de memoria que podía aturdir a cualquiera.
La rapidez de los Deathly Dragon, la fuerza de los Black Birds, la persistencia de los Ragnarok, la táctica de los Scarlet Fireball y la eficacia de los Santiago Snidgets era de una capacidad fuera de todo a lo que se había enfrentado antes.
“-Dame agua. –Estás bien? –No tienes idea. Estar ahí adentro es horrible” fue una de las conversaciones que tuve con un jugador en pleno partido. Y claramente no se refería a que fuera desagradable, sino a esa capacidad de cada jugador contrario de poder destruirte y obligarte a expandir tus propias capacidades conocidas para sobrevivir allí adentro. Y es precisamente eso lo que necesitaba cada uno de los nuestros, agradecer haber estado allí y por las cuáles ninguno volverá a ser el mismo deportista.

Golpeadores agresivos, tackles potentes, buscadores especializados que sabían jugar con el marcador a favor o en contra. Era en su mayoría tácticas que aún no estaban comúnmente practicadas en Lima y sobre las cuales la calidad sumada a la capacidad de improvisación y reacción generaba que se pudieran controlar.
Creo que es una conclusión común entre todos las participantes que los peruanos no desentonaron. Se enfrentaron con calidad y fuerza a todos los equipos y casi todos los partidos tuvieron que ser definidos por Snitch e incluso algunos en tiempo extra, lo que habla del nivel parejo de la Copa a pesar de tantas diferencias y de ser la primera experiencia internacional.
Pero lo cierto es que, a diferencia de lo que se habían enfrentado siempre en casa, cada equipo presente en la Copa del Sur se había encargado que los peruanos vivieran un infierno en la cancha. Los habían llevado al límite tanto a nivel físico como a nivel mental.
Y sí, el jugador citado líneas arriba tenía razón: Vivir la Copa del Sur era hermoso, pero jugarla “era horrible” en el sentido más sublime e inspirador de la palabra.
Finalmente, hace poco más de un año escribía por primera vez en La Snitch Informativa y terminaba mi artículo diciendo: “Después de todo, no se compite siempre por una copa. Son muchos los que participan y solo puede haber un ganador, así que hacer deporte por el solo interés de ganar algo es estadísticamente un error. Todos los clubes que participaron en la Copa Watakama buscaban algo aún más importante: El respeto de sus iguales.”
Y los Black Basilisks y los Leones de Gryffindor no regresaban con una Copa a Lima, pero como Odiseo habían salido vivos y victoriosos del infierno. Y traían consigo algo con lo cual habían soñado desde aquella tarde calurosa del 01 de Febrero del 2017 en que la Federación Deportiva Peruana de Quidditch fue fundada: El respeto de sus vecinos internacionales.

Julius Daneri
Asistente técnico de Black Basilisks
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